En una medida que sacude la industria del entretenimiento, los veteranos de Hollywood Roseanne Barr, Mark Wahlberg y Mel Gibson han unido fuerzas para lanzar Freedom Studios, una compañía de producción cinematográfica que se compromete a producir contenido libre de lo que llaman la “agenda despierta”. ¿Su misión? Para recuperar la narración tradicional y desafiar la narrativa principal que creen que ha dominado Hollywood durante demasiado tiempo.
El anuncio de Freedom Studios se produce en medio de crecientes debates culturales sobre la libertad de expresión, la corrección política y la influencia percibida de las ideologías progresistas en el cine y la televisión. Según sus fundadores, el nuevo estudio se centrará en crear películas entretenidas, estimulantes y sin disculpas audaces que atraigan a un público amplio, en lugar de atender las tendencias ideológicas.

“Hollywood ha perdido el camino”, declaró Roseanne Barr en el evento de lanzamiento del estudio. “Estamos aquí para contar historias reales, la gente amable que realmente quiere ver, sin el temor a ser cancelados”.
Mark Wahlberg se hizo eco de sentimientos similares: “Estamos retratando la narración para el estadounidense de todos los días que solo quiere una buena película, no una conferencia”.
Mel Gibson, conocido por su controvertido pasado, así como por su exitosa carrera en la realización de películas, enfatizó que Freedom Studios no se trata de política, sino de libertad artística: “Estamos haciendo películas que entretienen, inspiran y desafían a la gente, no impulsan una agenda”.
El estudio ya está en producción en varios proyectos de alto perfil, incluyendo:
-
“1776 Reborn” – Una epopeya histórica sobre la fundación de Estados Unidos, que promete un retrato crudo y sin disculpas de la historia.
-
“Heartland Stories” – Una serie dramática centrada en familias estadounidenses de clase trabajadora que enfrentan dificultades en el mundo real.
-
“The Last Stand” – Un thriller de acción que sigue a un grupo de veteranos que luchan contra la corrupción del gobierno.
El lanzamiento de Freedom Studios ha enviado ondas de choque a través de Hollywood. Los partidarios elogian la medida como una alternativa muy necesaria a la industria cinematográfica actual, donde muchos sienten que los valores y perspectivas tradicionales a menudo se dejan de lado. Los comentaristas conservadores y los medios de comunicación han celebrado el nuevo estudio, calificándolo de victoria para la libre expresión.
Sin embargo, la reacción de las élites de Hollywood y las figuras progresistas ha sido rápida. Los críticos acusan a Freedom Studios de adoptar una retórica divisiva y de atender a audiencias reaccionarias. Algunos profesionales de la industria incluso han pedido boicots, con figuras influyentes en Hollywood etiquetando la medida como un “ataque a la inclusión”.
Freedom Studios no ha rehuido llamar a figuras de Hollywood que creen que han contribuido a lo que describen como una “cultura tóxica de censura e ideología forzada”. Si bien no han enumerado nombres específicos en declaraciones oficiales, los expertos sugieren que el estudio tiene como objetivo luchar contra las principales voces progresistas de la industria, incluyendo:
-
George Clooney – Un defensor vocal de las políticas liberales y las causas progresistas.
-
Meryl Streep – Frecuentemente abierta sobre cuestiones de justicia social.
-
Robert De Niro – Conocido por sus implacables críticas a los políticos conservadores.
-
John Legend y Chrissy Teigen – A menudo vistos como representantes de la élite activista de Hollywood.
-
Ava DuVernay – Una cineasta que ha defendido la diversidad y el cambio social en la narración.
Queda por ver si estos individuos responderán o no al desafío, pero una cosa es cierta: Freedom Studios ha encendido una tormenta de fuego cultural que es poco probable que se apare pronto.
Si bien la compañía todavía está en sus primeras etapas, los analistas de la industria predicen que Freedom Studios podría convertirse en un gran disruptor en Hollywood. Con una audiencia incorporada que anhela entretenimiento libre de connotaciones políticas, el estudio tiene el potencial de aprovechar un mercado desatendido.
Como dijo Roseanne Barr: “Esto no es solo un estudio de cine, es un movimiento”.
¿Logrará Freedom Studios redear Hollywood? ¿O se enfrentará a una resistencia insuperable de los poderes establecidos de la industria? Una cosa es segura: la batalla por el futuro del entretenimiento acaba de comenzar.