Y mientras aparecía en el podcast Formula For Success , Jordan dejó en claro su creencia de que Niels Wittich, quien dejó el rol de director de carrera de FIA F1 durante el receso antes de Las Vegas, sabía exactamente lo que estaba haciendo.
En un giro inesperado de los acontecimientos, el ex propietario del equipo Jordan F1, Eddie Jordan, ha hecho una revelación impactante sobre la Federación Internacional del Automóvil (FIA) y la Fórmula 1, sugiriendo que el reciente incidente en el Gran Premio de Brasil, donde Max Verstappen sufrió lo que muchos consideran un sabotaje técnico, podría estar relacionado con un intento de manipular los resultados de la competición. La declaración de Jordan ha causado revuelo en el paddock y ha dejado a muchos seguidores de la F1 preguntándose qué tan profundo podría estar involucrada la FIA en los eventos que rodearon ese fin de semana.
Según Jordan, durante la carrera en Interlagos, Max Verstappen se vio afectado por una serie de problemas mecánicos inusuales en su coche, que pusieron en riesgo su rendimiento y su dominio en la pista. Aunque Verstappen logró terminar la carrera, la situación generó suspicacias, sobre todo cuando el equipo de Red Bull no pudo identificar un fallo técnico claro a pesar de los esfuerzos por solucionarlo en tiempo real. En sus declaraciones, Jordan insinuó que algunos de estos problemas podrían haber sido provocados de manera deliberada o, al menos, no se investigaron con la rigurosidad esperada.
Eddie Jordan no se anduvo con rodeos y sugirió que podría haber una influencia externa que jugó un papel crucial en lo sucedido. “La F1 no es solo sobre los coches o los pilotos; hay muchos intereses en juego, y la FIA tiene un poder inmenso sobre lo que ocurre en el deporte. En ciertos momentos, puede que no todo esté bajo control”, comentó Jordan en una reciente entrevista. La insinuación de que la FIA podría haber jugado un papel en los incidentes de Brasil es, por supuesto, una acusación grave, y ha generado una oleada de reacciones tanto en los medios como entre los equipos de la F1.
El presunto sabotaje a Verstappen llegó en un momento delicado para el piloto de Red Bull, que luchaba por asegurar su campeonato, mientras que otros equipos como Ferrari y Mercedes, aprovechando los altibajos de la temporada, intensificaban su presión. La idea de que ciertos actores dentro de la F1 podrían estar manipulando los eventos para alterar los resultados de la competencia, o incluso para dar ventaja a ciertos pilotos, es una de las teorías que más ha circulado desde ese fin de semana en Brasil.
Las palabras de Eddie Jordan también tienen peso debido a su vasta experiencia dentro del paddock de la F1. Como ex propietario de un equipo y comentarista habitual, Jordan tiene acceso a información privilegiada y es conocido por sus opiniones contundentes sobre el deporte. Sin embargo, sus declaraciones también han sido recibidas con escepticismo por algunos expertos y miembros de la comunidad de la F1, quienes sugieren que, aunque la F1 es un deporte altamente competitivo, las acusaciones de sabotaje deliberado son poco probables sin pruebas concretas.
El futuro de las investigaciones sobre el incidente en Brasil podría arrojar más detalles sobre lo sucedido, y las declaraciones de Jordan probablemente intensificarán el escrutinio hacia la FIA y los equipos involucrados. La F1 sigue siendo un deporte donde la política, la estrategia y el poder juegan un papel tan importante como la velocidad en la pista, y este nuevo giro en la historia podría tener consecuencias de largo alcance para la percepción pública del deporte.