En un movimiento revolucionario que ha llamado la atención en Hollywood y el mundo del entretenimiento, tres figuras destacadas—Mel Gibson, Mark Wahlberg y el multimillonario Elon Musk—se han unido para invertir entre 1.000 millones y 3.000 millones de dólares en un nuevo estudio cinematográfico. Su objetivo es crear un estudio “no woke” que se enfoque en producir películas alineadas con los valores familiares tradicionales, y promete ofrecer un contraste rotundo con la creciente tendencia de la “cultura woke” en la industria cinematográfica.
El término “woke” se ha convertido en un concepto divisivo y ampliamente debatido en la cultura popular. Originalmente utilizado para describir la conciencia social sobre cuestiones de igualdad racial y de género, ha evolucionado para abarcar un conjunto más amplio de creencias, a menudo cargadas políticamente. Muchos críticos argumentan que la cultura “woke” en el cine y los medios ha llevado a un aumento de la censura, la inclusividad forzada y un alejamiento de los valores y la narración tradicional. Esto ha provocado debates acalorados entre creadores, audiencias e incluso figuras públicas sobre la dirección en la que se dirige la industria del entretenimiento.
Mel Gibson, Mark Wahlberg y Elon Musk son nombres muy conocidos en sus respectivos sectores, cada uno aportando una perspectiva única a esta nueva iniciativa. Gibson y Wahlberg han sido nombres familiares en Hollywood durante mucho tiempo, conocidos por sus exitosas carreras como actores y sus importantes contribuciones a la industria del cine. Gibson, en particular, ha enfrentado varias controversias a lo largo de los años, pero sigue siendo una figura relevante en la industria, especialmente en la dirección y producción. Wahlberg, por su parte, ha construido un imperio no solo como actor, sino también como productor y empresario, con sus actividades extendiéndose a los campos del fitness, la restauración y el entretenimiento.
Elon Musk, CEO de Tesla y SpaceX, es un visionario tecnológico cuya influencia se extiende más allá de las industrias automotriz y aeroespacial. Musk se ha convertido en un crítico cada vez más vocal de la cultura “woke”, especialmente de su influencia en Silicon Valley y el sector tecnológico. Su participación en este nuevo estudio cinematográfico representa un movimiento estratégico que podría cerrar la brecha entre el mundo de la tecnología y Hollywood, alineando ambas industrias hacia una visión de entretenimiento que refleje los