El Gran Premio de Australia de 2025 marcó el esperado debut de Liam Lawson como piloto titular de Red Bull, un momento que había generado grandes expectativas entre los aficionados y los analistas de la Fórmula 1. Sin embargo, lo que prometía ser el inicio de una nueva era para el joven neozelandés se convirtió rápidamente en una pesadilla. La apuesta arriesgada de Lawson y del equipo, descrita como un “tirar los dados” en busca de un resultado extraordinario, terminó en un accidente que dejó al piloto fuera de la carrera y levantó interrogantes sobre su preparación para asumir el complicado segundo asiento junto a Max Verstappen.

Desde el inicio del fin de semana en Albert Park, las cosas no pintaban bien para Lawson. Durante las sesiones de entrenamientos libres, un fallo mecánico en el turbo de su RB21 lo dejó sin tiempo suficiente en pista para adaptarse al monoplaza y al circuito. Este contratiempo inicial limitó su capacidad para encontrar el ritmo necesario antes de la clasificación, un aspecto crucial para cualquier piloto, pero especialmente para uno que enfrenta la presión de debutar con una escudería de la talla de Red Bull. A pesar de los esfuerzos del equipo por reparar el coche a tiempo, Lawson llegó a la clasificación con una desventaja evidente.
En la sesión de clasificación, el neozelandés luchó por mantenerse competitivo. Sus intentos por exprimir el máximo rendimiento del coche lo llevaron a cometer errores costosos. En su vuelta final de la Q1, Lawson perdió el control en la curva 10, una sección de alta velocidad, y luego bloqueó los frenos en la chicana final, lo que resultó en una salida de pista. El resultado fue un decepcionante 18º lugar en la parrilla de salida, solo por delante de los pilotos de Haas, Esteban Ocon y Oliver Bearman. Este mal comienzo ya foreshadowed las dificultades que enfrentarían tanto él como el equipo en la carrera del domingo.

Cuando llegó el día de la carrera, las condiciones climáticas añadieron un giro dramático al Gran Premio. A falta de unas 10 vueltas para el final, la lluvia comenzó a caer sobre Melbourne, transformando la pista en un desafío aún mayor. Red Bull decidió mantener a Lawson con neumáticos medios, una estrategia arriesgada que buscaba aprovechar un posible cambio en las condiciones o un error de sus rivales. Sin embargo, esta apuesta no dio frutos. La pista, cada vez más resbaladiza, especialmente en las líneas blancas pintadas, se volvió traicionera para el joven piloto. En la curva 2, Lawson perdió el control de su monoplaza, giró y chocó contra el muro de forma aparatosa, uniéndose a una lista de pilotos como Fernando Alonso, Carlos Sainz y Jack Doohan, quienes también sufrieron incidentes bajo la lluvia.
El accidente marcó el final prematuro de su debut con Red Bull. Mientras el Safety Car salía a pista para neutralizar la carrera, Lawson tuvo que abandonar, dejando al equipo con un solo coche en competencia: el de Max Verstappen, quien, a pesar de las dificultades, logró mantenerse en la pelea por los primeros lugares. La diferencia de rendimiento entre ambos pilotos quedó expuesta de manera cruda, alimentando las comparaciones inevitables con Sergio “Checo” Pérez, a quien Lawson reemplazó tras una temporada 2024 decepcionante para el mexicano.
Tras la carrera, Lawson no ocultó su frustración. En declaraciones recogidas por los medios, calificó su error en la clasificación como una “estupidez” y reconoció que el sobrecalentamiento de los neumáticos había arruinado su última vuelta. Sin embargo, intentó rescatar algo positivo, señalando que el coche había mostrado potencial y que el equipo había dado un paso adelante en términos de configuración, al menos en manos de Verstappen. “Max lo puso en una ventana competitiva, lo cual es positivo”, afirmó, aunque admitió que su propia falta de preparación y experiencia había jugado un papel determinante en su fracaso.
El debut de Lawson plantea preguntas importantes sobre la decisión de Red Bull de apostar por él como compañero de Verstappen. Durante años, el segundo asiento del equipo ha sido un desafío para pilotos como Pierre Gasly, Alex Albon y el mismo Pérez, quienes no lograron igualar la consistencia y el ritmo del neerlandés. Lawson, de 23 años, llega con un historial prometedor en categorías inferiores y un breve pero sólido paso por AlphaTauri en 2023, pero su primera carrera con Red Bull sugiere que el salto al equipo principal puede haber sido prematuro. La presión de competir al lado de un tetracampeón del mundo, combinada con las expectativas de sumar puntos para el campeonato de constructores, parece haberlo superado en esta ocasión.
A pesar del desastre, no todo está perdido para Lawson. El neozelandés tiene una oportunidad de redimirse en el próximo Gran Premio de China, un fin de semana con formato sprint que pondrá a prueba su capacidad de adaptación bajo presión. “He pasado por esto muchas veces en mi carrera”, dijo, mostrando una actitud resiliente. “Estoy deseando volver a empezar”. Sin embargo, el mundo de la Fórmula 1 es implacable, y los aficionados y analistas ya están especulando sobre si Red Bull mantendrá la paciencia con él o si comenzarán a buscar alternativas si los resultados no mejoran rápidamente.
La apuesta de Red Bull por Lawson es, en muchos sentidos, un reflejo de su filosofía: arriesgarse con talento joven en lugar de optar por opciones más conservadoras. Pero este enfoque también conlleva riesgos significativos. Si Lawson no logra acercarse al nivel de Verstappen en las próximas carreras, el equipo podría verse obligado a reconsiderar su alineación, especialmente en un contexto donde la competencia en la parrilla es más feroz que nunca. Por ahora, el accidente en Australia sirve como un recordatorio de que, en la Fórmula 1, incluso las apuestas más audaces pueden terminar en un costoso revés.
El Gran Premio de Australia de 2025 marcó el esperado debut de Liam Lawson como piloto titular de Red Bull, un momento que había generado grandes expectativas entre los aficionados y los analistas de la Fórmula 1. Sin embargo, lo que prometía ser el inicio de una nueva era para el joven neozelandés se convirtió rápidamente en una pesadilla. La apuesta arriesgada de Lawson y del equipo, descrita como un “tirar los dados” en busca de un resultado extraordinario, terminó en un accidente que dejó al piloto fuera de la carrera y levantó interrogantes sobre su preparación para asumir el complicado segundo asiento junto a Max Verstappen.
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