El mundo de la Fórmula 1 contuvo la respiración cuando la FIA finalmente hizo una declaración largamente esperada después del Gran Premio de China con respecto a un incidente que involucró a Ferrari. Lo que comenzó como un fin de semana de rutina en el Circuito Internacional de Shanghai terminó en caos, controversia y una penalización que dejó a los tifosi, los apasionados fanáticos de Ferrari, en shock. La confirmación oficial llegó esta mañana, y los detalles son tan sorprendentes como de gran alcance para el equipo que ya ha tenido problemas para cerrar la brecha con Red Bull y McLaren esta temporada.
El incidente en cuestión ocurrió durante la carrera del domingo, cuando el piloto estrella de Ferrari, Charles Leclerc, se vio involucrado en una colisión con otro piloto, supuestamente Lance Stroll de Aston Martin, en la primera chicana de la primera vuelta. La colisión provocó una reacción en cadena: el coche de Stroll resultó gravemente dañado, Leclerc perdió posiciones valiosas y hubo que desplegar el coche de seguridad. A medida que avanzaba la carrera, los comisarios comenzaron a analizar el momento. Inicialmente parecía ser un incidente de carrera estándar, pero después de horas de deliberación y de revisar las imágenes a bordo, la telemetría y los testimonios de ambos pilotos, la FIA llegó a una conclusión diferente.

El castigo impuesto a Ferrari no fue leve. Leclerc recibió una penalización de cinco puestos en la parrilla para la siguiente carrera, el Gran Premio de Miami, por “causar una colisión evitable”. Pero eso no fue todo. Ferrari como equipo también fue multado con 50.000 euros por “negligencia en la preparación”, una formulación vaga que inmediatamente suscitó especulaciones. ¿Qué quiso decir exactamente la FIA? Los expertos sugieren que el equipo puede haber cometido un error estratégico en la reunión informativa previa a la carrera, ya que Leclerc no recibió suficiente advertencia sobre el estilo de conducción agresivo de Stroll en las etapas iniciales. Otros apuntan a un problema técnico con el SF-25, el coche de Ferrari, que podría no haber sido solucionado por completo antes de la salida.
La reacción de Ferrari fue de incredulidad y frustración. El jefe del equipo, Fred Vasseur, compareció ante la prensa poco después del anuncio y calificó la sanción de “desproporcionada”. Señaló que la colisión fue resultado del ritmo frenético de la primera vuelta, algo que dijo es inherente a las carreras en un circuito como Shanghai, con sus largas rectas y curvas cerradas. “Esto es Fórmula 1, no una partida de ajedrez”, afirmó Vasseur, visiblemente molesto. “Charles hizo lo que pudo, y los comisarios nos están dando un ejemplo sin motivo aparente”. Anunció que Ferrari investigará el asunto más a fondo y posiblemente apelará, aunque las posibilidades de éxito parecen escasas dada la estricta reputación de la FIA esta temporada.
Para el propio Leclerc, el castigo fue una píldora amarga. El monegasco, que ya había impresionado este año con su velocidad constante, se sentó en el paddock con la cabeza entre las manos después de la carrera. “No lo entiendo”, dijo a los periodistas. Intenté dejar espacio, pero reinaba el caos. Me parece injusto. Su decepción es comprensible: con una penalización en la parrilla de salida en Miami, un circuito donde adelantar es notoriamente difícil, esto podría limitar seriamente sus posibilidades de terminar en el podio. Y con Lewis Hamilton, su nuevo compañero de equipo desde 2025, mostrando una gran forma, la presión interna dentro de Ferrari está creciendo.
Las consecuencias del castigo se extienden más allá de Leclerc y Ferrari. El incidente ha reavivado el debate sobre la coherencia de los comisarios de la FIA. Los aficionados y analistas señalan que colisiones similares a principios de esta temporada, como la que se produjo entre Max Verstappen y Lando Norris en Australia, fueron juzgadas con mayor indulgencia. “Por qué Ferrari está siendo atacado tan duramente ahora es un misterio”, tuiteó un destacado comentarista de F1. Algunos especulan que la FIA quiere enviar una señal a los mejores equipos para que corran de forma más limpia, mientras que otros lo ven como un intento de hacer el campeonato más emocionante ahora que Red Bull parece menos dominante que el año pasado.
Mientras tanto, otros equipos aprovecharon el caos en China. Oscar Piastri de McLaren consiguió un sorprendente puesto en el podio, mientras que Verstappen de Red Bull ganó la carrera a pesar de un comienzo difícil. El segundo piloto de Ferrari, Hamilton, terminó sexto, pero no pudo ocultar los problemas del equipo con la confiabilidad y la estrategia. La multa y la sanción llegan en un momento en el que Ferrari no puede permitirse ningún paso en falso, especialmente con la inminente nueva normativa de 2026, que ofrece una oportunidad para reorganizar el orden jerárquico.
Los tifosi están furiosos. Las redes sociales están inundadas de mensajes con hashtags como #FIAShame y #JusticeForFerrari. Algunos aficionados incluso están pidiendo un boicot a la próxima carrera, aunque eso es poco probable. Lo que es seguro es que esta sanción dejará una cicatriz en Ferrari, tanto en puntos como en moral. El equipo debe ahora cerrar filas rápidamente y centrarse en Miami, donde Leclerc saldrá desde atrás y Hamilton intentará aprovechar la situación.
El Gran Premio de China quedará grabado en la memoria durante mucho tiempo, no sólo por la carrera en sí, sino también por las consecuencias que sacudieron al mundo de la F1. ¿La sanción estaba justificada o la FIA cometió un error? Las opiniones están divididas, pero una cosa está clara: el camino de Ferrari hacia la cima se acaba de volver un poco más accidentado.