Rafael Nadal y su esposa, Maria Francisca Perelló, siempre mantuvieron su vida familiar muy discretamente, pero recientemente, María ha compartido sentimientos sinceros sobre su hijo. “Estamos muy felices de ver a nuestro hijo creciendo sano y feliz”, compartió, sus ojos están orgullosos de mencionar al niño. Para Mary, el monitoreo de mi madurez es un gran viaje, desde los primeros pasos hasta los gestos inocentes, la risa y la alegría que trae su hijo.
“No podíamos creer que el tiempo pasara tan rápido”, dijo Maria. “Todos los días, testigamos de nuestros hijos aprendiendo y explorando el mundo en nuestro propio camino”. Esto no solo se muestra en los primeros pasos del niño, sino también en la forma en que interactuó con su familia y los que lo rodean. María reveló que a pesar de estar muy ocupada en el trabajo, tanto el esposo como la esposa siempre pasan tiempo disfrutando cada momento con sus hijos.
Para Rafael, la mayor felicidad es presenciar que su hijo crece en un ambiente lleno de amor y cuidado. “Mi hijo es mi orgullo. No se puede comparar nada con la sensación de verlo desarrollarse día a día”, dijo Rafael. Tanto Nadal como su esposa acordaron mantener a sus hijos del centro de atención, para que el niño pudiera disfrutar de una infancia pacífica y feliz.
En el intercambio de María, uno puede sentir el profundo amor y orgullo que tiene por su hijo. No solo es un tenista legendario, Rafael Nadal también es un padre responsable, siempre da prioridad a la familia y le da todo el amor a sus hijos. La historia de su familia se ha convertido en la inspiración para muchas personas, cuando ven que el amor y la cohesión familiar son siempre lo más importante, independientemente de su carrera o reputación.