El mundo de la Fórmula 1 se ha visto nuevamente conmocionado por una decisión inesperada y controvertida de la FIA, la federación internacional de deportes de motor, justo antes del Gran Premio de China. En un comunicado oficial publicado anoche, la FIA anunció que el uso del llamado sistema ‘Mini-DRS’ ha sido prohibido inmediatamente para la próxima carrera. La sorprendente decisión llega después de la repentina revelación de documentos filtrados y secuencias de vídeo que supuestamente prueban que varios equipos han estado utilizando la ayuda aerodinámica ilegalmente durante carreras anteriores de esta temporada. Lo que comenzó como una discusión técnica a puertas cerradas se ha convertido en un escándalo que pone en juego la integridad del deporte.

Para aquellos que no están familiarizados con el término, “Mini-DRS” se refiere a una versión modificada del Sistema de Reducción de Arrastre (DRS), un mecanismo que ayuda a los conductores a ganar velocidad adicional en las rectas abriendo temporalmente el alerón trasero y reduciendo la resistencia. Si bien el DRS ha sido un elemento fijo en la Fórmula 1 durante años, bajo reglas estrictas y en zonas designadas, el ‘Mini-DRS’ parece ser una variante sigilosa que se dice que los equipos han activado fuera de estas zonas. Según la información filtrada, que supuestamente provino de un denunciante anónimo dentro de un equipo importante, el sistema fue diseñado para brindar ventajas sutiles pero significativas sin que la FIA o los equipos rivales se dieran cuenta. Las imágenes muestran primeros planos de alerones traseros moviéndose en momentos inusuales, lo que no está en línea con las regulaciones oficiales del DRS.

La respuesta de los equipos fue inmediata y dividida. Algunos equipos de carreras, como Red Bull y Ferrari, negaron rotundamente cualquier implicación en el uso de esta tecnología, calificando las acusaciones de “infundadas” y “especulativas”. Otros, como McLaren y Alpine, han permanecido visiblemente en silencio, alimentando sólo la especulación. Un ingeniero anónimo, que no quiso revelar su nombre, sugirió que el sistema había estado en uso desde la carrera inaugural en Bahréin. “Es brillante, pero también arriesgado”, dijo. “Si te atrapan, el daño es enorme, y eso es lo que estamos viendo ahora”. La FIA confirmó que la investigación se aceleró tras el derrame y la decisión de prohibir el ‘Mini-DRS’ fue aprobada por unanimidad por los comisarios, aunque aún no se han hecho públicos los detalles de qué equipos serán sancionados.

Los fanáticos y los analistas están furiosos por lo que consideran otra mancha en el deporte. «Esto es trampa», escribió un destacado comentarista de F1 en X. «Si los equipos hacen trampa con la tecnología, ¿cómo podemos tomarnos las carreras en serio?». Otros apuntan a la propia FIA, que según los críticos intervino demasiado tarde. “Deberían haberse dado cuenta de esto antes”, era una queja común. “Ahora parece que sólo están reaccionando porque se filtró”. El momento de la prohibición, justo antes del GP de China, añade aún más tensión. Los equipos ahora tienen sólo unos días para modificar sus coches, lo que promete caos en el paddock y potencialmente afectar drásticamente el resultado de la carrera.
El Gran Premio de China, que regresa al calendario después de años de ausencia, debería ser una celebración del deporte, pero ahora corre el riesgo de verse eclipsado por este escándalo. El circuito de Shanghai, con sus largas rectas, es un circuito donde tradicionalmente el DRS juega un papel importante, y la eliminación del ‘Mini-DRS’ podría cambiar la dinámica de la carrera. Los equipos que han dependido del sistema probablemente tendrán dificultades, mientras que otros desperdician su oportunidad de sacar ventaja. Los propios conductores han tenido reacciones encontradas. Max Verstappen, el vigente campeón, se encogió de hombros y dijo: «Las reglas son las reglas. Si las rompes, pagas el precio». Lando Norris, que recientemente libró su propia batalla contra la FIA, fue menos tímido: “Siempre es lo mismo: algunos se salen con la suya, otros no”.
Aunque la FIA ha prometido iniciar una investigación exhaustiva sobre cuán extendido estaba el uso del ‘Mini-DRS’, la pregunta sigue siendo: ¿quién sabía de esto y durante cuánto tiempo? La evidencia filtrada no sólo ha avergonzado a los equipos sino que también ha desafiado la credibilidad del deporte. Con una temporada completa aún por delante, este escándalo podría ser el preludio de más revelaciones. Por ahora, el mundo observa con gran expectación cómo se desarrolla el GP de China, no solo la carrera, sino para ver cuán profunda es realmente esta controversia.