El 4 de marzo de 2025, una alarma sin precedentes ha sacudido el mundo de la Fórmula 1: Lewis Hamilton, siete veces campeón mundial y ahora piloto de Ferrari, podría estar enfrentando un peligro mortal tras una fuga masiva de datos sensibles provenientes de los recientes tests de pretemporada realizados por la Scuderia en Fiorano. Según reportes exclusivos de Motorsport.com y confirmaciones en X, los datos filtrados –que incluyen telemetría, configuraciones del monoplaza SF-25 y detalles médicos de Hamilton– han caído en manos desconocidas, generando temores de sabotaje, extorsión o incluso amenazas físicas contra el piloto británico de 40 años. ¿Está la carrera de Hamilton, y tal vez su vida, en juego? Este escándalo, que ha desatado el pánico en Maranello y en el ‘paddock’, podría ser el mayor golpe a la seguridad de la F1 en décadas.

La filtración ocurrió el 28 de febrero, durante los últimos días de pruebas privadas de Ferrari en el circuito de Fiorano, donde Hamilton y su compañero Charles Leclerc pusieron a prueba el nuevo SF-25, el monoplaza con el que la Scuderia espera desafiar a McLaren y Red Bull en 2025. Según fuentes anónimas citadas por Sky F1 y posts en X, un archivo de 12 gigabytes, que incluía datos de telemetría, configuraciones aerodinámicas, estrategias de carrera y, lo más alarmante, un informe médico detallado sobre la condición física de Hamilton –incluyendo su historial de lesiones y tratamientos–, fue extraído de los servidores de Ferrari por un hackeo sofisticado. Los datos, que también revelan la estrategia de desarrollo del SF-25 para las primeras cinco carreras, fueron compartidos en foros oscuros de internet y posteriormente reportados por medios como Racingnews365, desencadenando una crisis de seguridad sin precedentes.
La revelación ha puesto a Hamilton en una situación de extremo riesgo. El informe médico filtrado incluye información sobre una lesión en la espalda que Hamilton sufrió en 2023 y su tratamiento con medicamentos específicos, detalles que podrían ser utilizados por extorsionadores o rivales para sabotear su rendimiento o incluso amenazarlo físicamente. «Esto va más allá de la F1; es una cuestión de seguridad personal», afirmó un representante de Hamilton en un comunicado oficial, exigiendo una investigación inmediata. En X, fanáticos y analistas han expresado su preocupación, con hashtags como #HamiltonEnPeligro y #FerrariLeak dominando las tendencias, mientras algunos especulan que el hackeo podría estar vinculado a un rival, como Red Bull o Mercedes, o incluso a un grupo criminal internacional.

Ferrari, por su parte, ha reaccionado con urgencia. El equipo italiano, bajo la dirección de Fred Vasseur, ha contratado a una firma de ciberseguridad global para rastrear el origen del hackeo y ha suspendido temporalmente el acceso a sus servidores, afectando los preparativos para el Gran Premio de Australia, que marca el inicio de la temporada 2025 el 16 de marzo. En un comunicado publicado en su sitio web, Ferrari admitió la filtración, pero negó cualquier responsabilidad directa, señalando que «un ataque externo comprometió nuestra infraestructura». Vasseur, en declaraciones a Autosport, expresó su «profunda preocupación» por la seguridad de Hamilton y prometió trabajar con la FIA y la policía italiana para identificar a los responsables. Sin embargo, la confianza en Ferrari ha sido severamente dañada, con algunos analistas sugiriendo que la Scuderia podría enfrentar multas millonarias y sanciones deportivas si se demuestra negligencia.
El impacto en Hamilton ha sido devastador. El piloto, que dejó Mercedes para unirse a Ferrari en 2025 con la esperanza de conquistar un octavo título mundial, ahora se encuentra en una posición vulnerable, no solo en términos de rendimiento, sino también de seguridad personal. Fuentes cercanas al equipo, citadas por BBC Sport, revelaron que Hamilton ha recibido cartas anónimas y mensajes en redes sociales amenazantes desde la filtración, algunos mencionando su historial médico y sugiriendo que su vida está en peligro si no se retira de la F1. Aunque la policía británica y italiana han intensificado la vigilancia alrededor de Hamilton, el piloto ha cancelado varias apariciones públicas y se ha retirado temporalmente de las redes sociales, dejando a sus fanáticos preocupados por su bienestar.
La FIA, por su parte, ha lanzado una investigación urgente para garantizar la seguridad de todos los pilotos y equipos, pero algunos expertos en ciberseguridad advierten que la filtración podría ser solo el comienzo. «Los datos de la F1 son un tesoro para competidores, hackers y criminales», explicó el Dr. Juan Pérez, especialista en ciberseguridad de la Universidad de Barcelona, en una entrevista con El País. «Si los datos de Hamilton están comprometidos, su carrera y su vida podrían estar realmente en peligro, especialmente si alguien usa esta información para sabotajes en la pista o amenazas personales». La FIA también está considerando nuevas regulaciones para proteger la información sensible de los equipos, pero los críticos argumentan que estas medidas llegan demasiado tarde.
En el ‘paddock’, las reacciones son de incredulidad y preocupación. Charles Leclerc, compañero de equipo de Hamilton, expresó su apoyo en X: «Estamos todos con Lewis. Esto es más grande que la F1; necesitamos proteger a nuestro amigo y colega». Otros pilotos, como Max Verstappen y Lando Norris, han pedido calma, pero admiten que la filtración podría cambiar las dinámicas de la temporada, especialmente si rivales como Red Bull o McLaren usan los datos filtrados para ajustar sus estrategias. Mercedes, el antiguo equipo de Hamilton, también ha ofrecido apoyo, aunque algunos fanáticos especulan que podrían estar involucrados, una teoría que el equipo ha negado rotundamente.
Mientras la investigación avanza y Ferrari trabaja para reparar su sistema de seguridad, la pregunta sigue en el aire: ¿está la carrera –o incluso la vida– de Lewis Hamilton realmente en peligro mortal? Con el Gran Premio de Australia a la vuelta de la esquina, el piloto británico enfrenta su mayor desafío fuera de la pista, mientras el mundo de la F1 espera con ansiedad para ver cómo se desarrolla esta crisis sin precedentes. ¿Podrá Hamilton superar esta amenaza y brillar en Maranello, o el escándalo de la filtración marcará el fin de su legado en la F1? Solo el tiempo lo dirá, pero una cosa es segura: el deporte nunca volverá a ser el mismo después de esta alerta máxima.