Hace apenas cinco minutos, Roger Nores, el amigo cercano del fallecido cantante Liam Payne, ha roto su silencio tras la retirada de los cargos por homicidio involuntario que pesaban en su contra. En una declaración emotiva que ha captado la atención del mundo, Nores afirmó: “Estábamos juntos todos los días”, refiriéndose a la estrecha relación que mantenía con el exintegrante de One Direction antes de su trágica muerte el pasado 16 de octubre de 2024 en Buenos Aires, Argentina. La noticia llega después de meses de especulaciones, investigaciones y un proceso judicial que mantuvo al empresario argentino en el ojo del huracán, acusado inicialmente de negligencia en la muerte de Payne. Ahora, con los cargos desestimados, Nores busca cerrar un capítulo doloroso y rendir homenaje a su amigo.

La historia comenzó cuando Liam Payne, de 31 años, perdió la vida tras caer desde el balcón del tercer piso del hotel CasaSur Palermo, donde se hospedaba durante una visita a la capital argentina. Lo que parecía ser un viaje breve de cinco días se transformó en una tragedia que conmocionó a millones de fans y dejó a sus seres queridos en busca de respuestas. Las autopsias revelaron que Payne había consumido una mezcla letal de cocaína, alcohol y un antidepresivo antes del incidente, lo que llevó a las autoridades a investigar a fondo las circunstancias que rodearon su fallecimiento. Entre los cinco imputados iniciales estaba Roger Nores, un empresario energético de 35 años que había acompañado a Payne en los días previos a su muerte.
Nores, quien se describió a sí mismo como un amigo leal y no como un representante formal del cantante, enfrentó acusaciones graves por parte de la fiscalía argentina. Inicialmente, el fiscal Andrés Madrea lo señaló por “abandono de persona seguido de muerte” y “facilitación de estupefacientes”, sugiriendo que había fallado en su deber de cuidar a Payne, sabiendo de sus luchas con las adicciones. La jueza Laura Graciela Bruniard, sin embargo, redujo los cargos a homicidio culposo, un delito excarcelable, y le impuso un embargo de 50 millones de pesos y la prohibición de salir del país. Junto a él, Gilda Martín y Esteban Grassi, gerente y jefe de recepción del hotel, también fueron procesados por homicidio culposo, mientras que otros dos individuos, Braian Paiz y Ezequiel Pereyra, enfrentan cargos por suministro de drogas.

El caso dio un giro inesperado el 19 de febrero de 2025, cuando la Corte de Apelaciones de Buenos Aires, integrada por los jueces Julio Lucini y Hernán López, absolvió a Nores, Martín y Grassi de toda responsabilidad. El fallo judicial argumentó que no había evidencia suficiente de negligencia o imprudencia por parte de los tres, y que incluso si hubieran estado presentes, Payne podría haber accedido a las sustancias por su cuenta, como suele ocurrir con personas que luchan contra la adicción. “Me alegra que esto finalmente haya terminado”, expresó Nores a Rolling Stone tras la decisión. “Estoy feliz de poder viajar al Reino Unido y despedirme de mi amigo”. Sus palabras reflejan un alivio profundo tras meses de angustia y escrutinio público.
En su declaración más reciente, Nores ha querido destacar la cercanía de su vínculo con Payne. “Estábamos juntos todos los días”, afirmó, subrayando que su relación era de amistad genuina y no de obligación contractual. Según él, pasó tiempo con Payne el día de su muerte, dejándolo en el hotel aproximadamente una hora antes del fatídico incidente. “Parecía juguetón y feliz cuando lo dejé”, había dicho previamente a TMZ, una declaración que contrasta con los informes del personal del hotel, quienes alertaron al 911 sobre un huésped fuera de control por “demasiadas drogas y alcohol”. Este contraste alimentó las especulaciones, pero Nores siempre mantuvo su inocencia, insistiendo en que no tenía el deber legal de supervisar a Payne.
La absolución de Nores no ha sido bien recibida por todos. Algunos fans de Payne y miembros de su familia, como su padre Geoff Payne, han expresado frustración, señalándolo como alguien que debería haber hecho más para proteger al cantante. Geoff incluso aportó pruebas, como un correo de la neuropsiquiatra de Payne que advertía sobre los peligros de mezclar alcohol con su medicación, sugiriendo que Nores estaba al tanto de su fragilidad. Sin embargo, el tribunal desestimó estas acusaciones, concluyendo que no había complicidad demostrable entre Nores y los proveedores de drogas, ni un rol de “garante” que lo obligara a intervenir.
Para Nores, este fallo representa una oportunidad de sanar. “Estos últimos meses han sido difíciles”, admitió en una entrevista reciente con Reuters. “No busquemos culpables, las drogas son las responsables”. Sus palabras buscan desviar el foco de la culpa personal hacia un problema más amplio de adicción, aunque algunos fans siguen resentidos, viéndolo como una figura controvertida en los últimos días de Payne. Mientras tanto, el proceso judicial continúa para Paiz y Pereyra, quienes permanecen detenidos y enfrentan posibles penas de hasta 15 años por suministro de estupefacientes.
Con la liberación de los cargos, Nores planea viajar al Reino Unido para asistir a un homenaje privado a Payne, un gesto que espera le permita despedirse adecuadamente. La muerte de Liam Payne sigue siendo un tema sensible, con su legado musical y sus luchas personales resonando en millones. Para Nores, este capítulo cierra una etapa de dolor y acusaciones, pero la herida de perder a un amigo cercano permanece. La tragedia de Payne, más allá de los tribunales, sigue siendo un recordatorio crudo de los peligros de la adicción, dejando a fans y seres queridos reflexionando sobre lo que pudo haber sido.