El 16 de marzo de 2025, una nube de incertidumbre se cierne sobre Red Bull Racing tras el catastrófico desempeño en el Gran Premio de Australia, la primera carrera de la temporada de Fórmula 1 2025. El equipo, que una vez dominó el deporte con Max Verstappen al volante, terminó en un desalentador quinto lugar en la clasificación general, con Verstappen cruzando la línea de meta en un distante cuarto lugar, a más de 20 segundos del ganador, Lando Norris de McLaren. Este resultado, combinado con los problemas de rendimiento del RB21 ya señalados en los tests de pretemporada, ha generado especulaciones sobre si Red Bull está al borde del colapso, tanto en términos deportivos como financieros. ¿Cómo enfrentarán Max Verstappen y Pierre Wache, el director técnico, este fracaso devastador? La respuesta podría determinar el futuro del equipo en la F1.

Desde el inicio del Gran Premio en el circuito de Albert Park, Red Bull mostró signos de vulnerabilidad. El RB21, que Pierre Wache había descrito como «prometedor pero no lo suficientemente rápido» tras los tests de Bahrein, luchó con problemas de tracción, sobrecalentamiento y falta de ritmo en las rectas, permitiendo que McLaren, Ferrari y Mercedes se llevaran los primeros lugares. Verstappen, conocido por su habilidad para sacar el máximo de cualquier situación, admitió en la conferencia de prensa posterior a la carrera: «El coche no respondía como queríamos. Hice lo que pude, pero no fue suficiente. Este no es el Red Bull que todos conocemos». Sus palabras, cargadas de frustración, reflejan la creciente tensión dentro del equipo, que no había experimentado un inicio tan débil desde 2019.
Wache, por su parte, asumió la responsabilidad técnica del rendimiento del RB21 en una declaración publicada en los canales oficiales de Red Bull. «Sabíamos que tendríamos desafíos tras los tests, pero este resultado es inaceptable», dijo el francés. «Hemos identificado varios problemas, especialmente en la correlación entre el túnel de viento y la pista, y estamos trabajando día y noche para solucionarlos antes del Gran Premio de Japón. No hay excusas; esto es un fracaso del equipo, y mi deber es liderar el cambio». Sin embargo, sus palabras no han calmado las críticas de los fanáticos y analistas, que culpan a Red Bull por no haber invertido lo suficiente en el desarrollo del RB21, especialmente después de perder el título de constructores en 2024 frente a McLaren.

Las especulaciones sobre un posible colapso de Red Bull han crecido tras reportes que sugieren tensiones internas entre Verstappen, Wache y el CEO del equipo, Christian Horner. Fuentes cercanas al equipo, citadas por Motorsport.com, aseguran que Verstappen está considerando seriamente su futuro en Red Bull, con rumores de conversaciones con Mercedes para la temporada 2026. «Max está frustrado, y no solo por el coche. Siente que el equipo no está a la altura de sus expectativas después de años de dominancia», afirmó un insider. Si Verstappen, el corazón de Red Bull desde 2021, decidiera partir, sería un golpe devastador para el equipo, tanto en términos de rendimiento como de imagen.
Wache, por su parte, enfrenta una presión enorme para demostrar que puede liderar el desarrollo técnico de Red Bull de regreso a la competitividad. En una entrevista con Autosport, el director técnico reconoció que el RB21 necesita «ajustes drásticos» en aerodinámica, motor y configuración antes de las próximas carreras. «Estamos viendo datos que no coinciden con nuestras simulaciones, y eso es un problema que debemos resolver urgentemente», explicó. Sin embargo, algunos críticos dentro de la F1 sugieren que Wache podría ser el próximo en ser reemplazado si los resultados no mejoran, especialmente con el regreso de Adrian Newey, exjefe de diseño de Red Bull, a McLaren, lo que ha intensificado la competencia.
La situación económica de Red Bull también está bajo escrutinio. Los patrocinadores, como Visa y Oracle, han expresado preocupación por el rendimiento del equipo, y las acciones de Red Bull GmbH, la matriz del equipo, han caído un 12% en la bolsa desde el Gran Premio de Australia. Si el equipo no logra recuperar terreno en las próximas carreras, podría enfrentar recortes presupuestarios o incluso una reestructuración, lo que alimentaría aún más los rumores de colapso. «Red Bull no puede permitirse otro año como 2024», afirmó un analista financiero en Bloomberg. «Si Verstappen se va y los resultados no mejoran, podríamos estar viendo el fin de Red Bull como una fuerza dominante en la F1».
A pesar de las especulaciones, tanto Verstappen como Wache han reiterado su compromiso con Red Bull. En una publicación en X, Verstappen escribió: «No estoy aquí para abandonar. Trabajaré con el equipo para sacar lo mejor del RB21, pero necesitamos soluciones rápidas». Wache, por su parte, anunció un plan de desarrollo acelerado, incluyendo nuevas actualizaciones aerodinámicas para el Gran Premio de Japón en abril, pero advirtió que los resultados no serán inmediatos. «Este es un momento difícil, pero Red Bull ha superado desafíos antes. No estamos colapsando; estamos reconstruyendo», afirmó.
El mundo de la F1 observa con atención. ¿Podrán Max Verstappen y Pierre Wache unir fuerzas para salvar a Red Bull de este catastrófico inicio, o los rumores de colapso se convertirán en realidad? Con McLaren y Ferrari dominando la parrilla y Mercedes acechando, Red Bull enfrenta su mayor prueba en años. La respuesta llegará en las próximas semanas, pero una cosa es segura: el futuro de Red Bull, y de sus estrellas, nunca había estado tan en juego.